Valeriano Fauve

Una ola populista llega a Perú

El ciclón nacional-populista se muestra imparable en los países más corruptos y pobres de Sudamérica. Bajo el paraguas del Coma-andante Castro, los líderes más peligrosos del militarismo y del movimiento indígena, están copando los sillones presidenciales de aquella región del mundo. El nuevo país que podría sumarse es Perú, tras la victoria ajustada, pero victoria al fin y al cabo, de Ollanta Humala, para mí un desconocido hasta hace unos días, pero que, según aparece en EL MUNDO, declaró que "Una historia, un idioma, la misma fisonomía, una vida común, e incluso el reto del gas y la coca. Separados sólo tenemos 180 años. Juntos tenemos más de 1.500 años. ¡Cómo no pensar en volver a integrarnos! Nos haríamos poderosos. Venezuela también tiene gas. Y la hoja de coca nos hermana con Bolivia, Colombia, Ecuador... Por qué no pensar, de aquí a 50 años, en una gran comunidad nacional...".
Por si esta declaración de intenciones te sabe a poco, quizás debas saber que, a pesar de ser un gran defensor de los indígenas, pertenece a la burguesía adinerada, estudió en la Universidad Católica de Perú y en la Sorbona de París. ¡Ah!, además fue acusado de crímenes contra los derechos humanos en 1992, cuando era jefe de una base militar en una zona castigada por la guerrilla.
Ya ves, más coca, más nacionalismo energético, pasión por lo militar y deseos de una gran unión de miseria, pobreza, corrupción y sinvergüenzas en el sur de América para intentar frenar el capitalismo yankie. Claro, es que se vive mucho mejor haciendo del país un cortijo con varios millones de aparceros trabajando para los cuatro magnates hermanados con la progresía occidental. Todo ello avalado públicamente con el sello de calidad de Hugo Chávez, para despejar dudas, vamos. Ahora, eso sí, a la hora de vestir, ni se pone el chándal de los domingos ni los jerséis a rayas bolivianos, este prefiere los polos.
¿Para cuándo la visita oficial a España?